Zoroastrismo
        [092]

 
   
 

       Es una religión fundada en la antigua Persia por el profeta Zoroastro. La predi­cación de su doctrina se conserva en sus "Gathas" o himnos métricos (salmos), que forman parte de la escritura sagrada conocida como "Avesta" 0 Zend-"Avesta" y transmiten el espíritu de Zoroastro.

   1. Zoroastro

   Zoroastro nació hacia el 630 y murió hacia el 550 a. C. Profeta persa, fundador religioso también conocido por su nombre persa antiguo, Zarathustra. Pertenecía a la noble familia de los Spitama, en Airyana Vaejah (Persia). Tal vez deba ser localizado en el período inmediatamente anterior a la dinastía Aqueménida, aunque pudo también haber existido en fechas más arcaicas.
   Tal vez fue sacerdote de algún templo local. Parece que ya en su juventud empezó a recibir las revelaciones de "Ahura Mazda" (Señor de la sabiduría).
   Sus "comunicaciones" con la divinidad, y sus dificultades para predicar, se refle­jan en los "Gathas", la parte del Avesta, que habla de las revelaciones. Después de años de lucha con los sacerdotes de los cultos antiguos y con sus familiares, aunque luego persuadió a muchos de ellos, su empresa tu acierto.
   Su mejor conquista fue Vishtaspa, rey de Chorasmia (hoy en Turkestán). Con tal ayuda, su religión comenzó su difusión. Prohibió los ritos orgiásticos que acompañaban a los sacrificios persas a los dioses. Mantuvo el culto al fuego. Negó el valor de los sacrificios a Ahrimahan y a los dioses que le acompañaban en el culto popular.
   Elaboró un plan de vida que tendía a proteger a los habitantes de las montañas, la mayor parte dedicados a la ganadería, de los abusos de ladrones y de la explotación de los pequeños caciques de cada lugar. Por eso puso en la justicia énfasis particular.
   Así consiguió cada vez más adhesiones. Incluso interesó a muchos intelec­tuales en su sistema dualista, en el que primaba la lucha entre el bien y el mal. Aceptó el doble principio malo y bueno, que la religión persa primitiva había identificado en dos dioses Ohrmuth y Ahrimahan. Zoroastro los redujo a un aspecto cósmico regido por un solo dios: Ahura Mazda, acogiendo la doble tendencia humana a lo bueno y a lo malo.
   Con todo, su doctrina no estuvo exenta de concesiones mitológicas. Así, uno de los hijos de Ahura Mazda, Ahriman, optó por ser demonio y se opuso al bien.
   Por eso la lucha entre el bien y el mal se hace presente también en el corazón de cada hombre. Eso haría que mas tarde hasta los grandes pensadores griegos, como Pla­tón y Aristóteles, se interesaran por su pensamiento y, en cierto sentido, se vieran influidos por él.
   No cabe duda de que muchas de sus ideas pasaron al mismo pensamiento ju­deo cristiano: ángeles, demonios, vida ultraterrena, lucha, alma, cuerpo, etc, al menos en los primeros tiempos en que las corrientes persas se hicieron presente en sectas o grupos gnósticos y maniqueos.

  2. Libros sagrados

   Es el Avesta, conjunto de escritos del zoroastrismo o mazdeísmo, hay variedad. Consta de cinco partes o libros diferentes en contenido y época de composición
     - Los "Gathas", son himnos y canciones que se atribuyen al mismo Zoroastro y por eso se veneran más.
     - El Yasna, son comentarios y ritos relativos al culto. Es el principal documento litúrgico.
     - El Visprat recoge otros himnos, plegarias y alabanzas a los grandes líderes de la secta.
     - El Vendidad es el libro de la ley zoroastrista. Incluye un relato mítico de la creación.
     - El Khurda Avesta incorpora textos, himnos y oraciones menores. Entre ellos, los Yashts son 21 himnos dedicados a ángeles y héroes.

   2.1. Gathas y los Siete capítulos 

   Son los libros principales. Reflejan la teoría zoroastrista, que resulta ambigua y enrevesada. Refleja cierto sincretismo al que llega Zoroastro por asumir, o querer armonizar, las visiones personales y las creencias populares anteriores. Preferentemente, lo personal está resumido en los Gathas y es con probabilidad el propio de Zoroastro quien lo elabora: culto monoteísta, amor a la sabiduría, intuición de las emanaciones divinas (Asha).
   El segundo elemento implica tolerancia politeísta: culto a un Señor (Ahura), que es custodio de Asha, y a otras divinidades, genios, espíritus.
   La liturgia de los Siete Capítulos es un complemento, o suplemento, a sus visiones. Parece que procede de un texto primitivo compuesto en su propio dialecto, tras la muerte de Zoroastro. Superpone las creencias primitivas persas y sugiere ciertas contradicciones con los "Gathas". Se defiende la adoración de muchos objetos naturales y criaturas míticas, se suscita la admiración por los espíritus ancestrales y la misma figura de Ahura Mazda no recuerda tanto a la deidad de Zoroastro como al dios Varuna (denominado el Asura, Señor) y surgida de la más antigua de las composiciones religiosas indias, como aparecen en el Rig-Veda.
   Incluso, se presenta a "El Ahura" de los Siete Capítulos con esposas (denominadas Ahuranis) que, como las Varunanis de Varuna, se muestran en forma de nubes y agua de lluvia.
   Se presenta al Sol como el 'ojo' de ambas deidades. Las influencias védicas son evidente: el nombre de Asura se une a veces al de Mithra. En los Veda, los nombres de Mithra y Varuna también se aúnan.

   2.2. La Yasna y la Vendidad

      Los Gathas y los Siete Capítulos forman parte de una obra mayor denominada Yasna. El resto está compuesto en otro dialecto muy ligado a éste.
      Este material ilustra además la incorporación del paganismo politeísta de otros pueblos arios en el zoroastrismo, como lo hacen los Yashts, que son himnos a deidades individuales.
      Entre estas deidades se encuentra Anahita, diosa de la fertilidad y de los ríos (protectora de la costumbre y de los matrimonios incestuosos).
      La última parte del Avesta (la Vendidad o Videv­dat) fue compuesta después de la conquista de Persia por los griegos en el siglo IV a.C. Es una codificación de ritos y leyes. Refleja costumbres de los magos, que forman una casta sacerdotal de origen medo. Entre estas costumbres se en­cuentran la exposición de los cadáveres, la protección de los perros y el sacrificio sangriento de animales.

     3. Doctrina

     El zoroatrismo parte de una dogmática monoteísta y de una ética dualista. En los "Gathas" se explícita la existencia de un culto monoteísta a Ahura Mazda ("Señor de la sabiduría") y de un dualismo ético que contrapone la Verdad (Asha) y la Mentira (Druj) en el mundo.   Todo lo que es bueno procede de las emanaciones de Ahura Mazda.
     "Spenta Mainyu" (el Espíritu benefactor) es la fuerza creadora del bien. Se manifiesta en las seis manifestaciones buenas: buen pensamiento, verdad, fuerza, devo­ción, salud y vida.
     El mal lo causa el dios gemelo de Spenta Mainyu, "Angra Mainyu" ("Espíritu diabólico", tal vez el dios demonio arcaico Ahrimahan) que tiene muchas manifestaciones: la mentira, la crueldad, el dolor, entre otras.
     Los humanos deben elegir en vida y en la muerte. En vida debe optar por el bien o por el mal. A su muerte, el alma de cada persona será juzgada en el "Puente de la discriminación". Quien siga a la Verdad lo cruzará y llegará al paraíso. Los discípulos de la Mentira caerán al infierno. Todo mal se eliminará de forma definitiva de la tierra en una purificación de fuego y metal fundido.
     Con todo, las diversas interpretaciones religiosas habrían de variar notablemente a los largo de la Historia.

 

 

   

 

 

    4. Cambios y variaciones

    La religión representada por el Avesta floreció seis siglos antes de la era cristiana.

    4.1. Epoca primitiva.

    El zoroatrismo estuvo arropado por la fe de los Aqueménidas, dinastía a la que pertenecie­ron los reyes persas Ciro el Gran­de, Darío I y Jerjes I.
    El primer rey persa que reconoció la religión fue Darío I el Grande. Sus inscripciones están llenas de alabanzas a Ahura Maz­da; valora y exalta la racionalidad y parece considerar la Mentira como una fuerza del mundo.
   Su hijo, Jerjes I, tam­bién adoró a Ahura Mazda, pero quizá tuvo una menor comprensión de los detalles de la religión de Zoroastro.
   Artajerjes I (reinó 465- 425 a.C.) fue adorador de Mazda, pero quizá adoptó una síntesis de las doctrinas recibidas, bajo la dirección de los magos, donde las enseñanzas de Zoroastro se confunden con el antiguo politeísmo.
   Artajerjes II (reinó 409-358 a.C.) veneró a Ahura Mazda, Mithra y Anahita y durante su reinado se construyeron los primeros templos persas.

   4.2. Los griegos.

   La religión perdió adeptos tras la conquista de Persia por los ejércitos de Alejandro Magno a comienzos del siglo IV a.C. (Batalla de Arbelas, 331). Se perdieron muchos de los libros sagrados y se enfriaron las creencias ante el im­pulso de los cultos y usos griegos.
   Se impusieron las múltiples divinidades helenas con sus mitologías más brillantes y fantasio­sas sobre el cielo, los hombres, las guerras y las razas.
   Durante el dominio de los Seléucidas griegos (305-64 a.C.) y de los Arsácidas partos (c. 250 a. C. 226 d.C.), prosperaron usos extranjeros junto con el zoroastrismo.
   La posterior dinas­tía persa de los sasánidas (226-641) esta­bleció el zoroastrismo como religión oficial de Persia, pero con nuevo planteamiento.
   En la teología sansánida, Ahrimahán se oponía a Ohrmuth (llamado Ahura Mazda) y no a Spenta Mainyu. Esta teología ya había aparecido en el siste­ma de los magos del siglo IV a.C., según los historiadores griegos. Algunos teólogos sasánidas enseñaban que Ohrmuth y Ahrimahán eran los hijos gemelos del Tiempo Infinito (Zervan).

   4.3. Tiempos romanos.

   Muchos de los dioses persas se integraron poco a poco en la constelación teológica de los conquistadores. La principal influencia fue la de Mitra, el dios de la luz y de la cordura.
   En el Avesta, Mitra aparece como el principal yazata (del avestan, "benefactor") o buen espíritu y gobernante del mundo. Se suponía que había sacrificado al toro divino, de cuyo cuerpo muerto sur­gieron todas las plantas y animales beneficio­sos para la humanidad.
   Los griegos habían identificado a Mitra con Helios (el dios del sol) y fomentaron el culto al astro rey. En Roma entró hacia el año 68 a.C. de manos de los piratas cilicios, capturados por Pompeyo. En los primeros años del Imperio su culto se extendió con gran rapidez por toda Italia y las provincias romanas.
   Esta creencia que rivalizó particularmente con el cristianismo en el Imperio romano, precisamente por la similitud de cultos. El mitraísmo fomentaba las ideas de humildad y amor fraternal, el bautismo, el rito de la comunión, utilizaba agua bendita, cirios y aspersiones, celebraba sus ritos el primero día de la semana y consideraba el 25 de diciembre (fecha del nacimiento de Mitra) como día santo. Además defendía la inmortalidad del alma, el juicio final y la resurrección.
   Con todo, el mitraísmo reflejaba lacras sociales que le alejaron del cristia­nismo: la exclusión de las mujeres de sus ceremonias y la acogida de dioses secundarios y de ritos mistéricos, en ocasiones eróticos, que le hicieron sinónimo de corrupción y libertinaje.

  4.4. Epoca posterior

  Persia fue agresivamente empujada al islam tras su conquista por los árabes en el siglo VII (expansión entre el 634 y el 651). No obstante, el zoroastrismo sobrevivió en pequeñas comunidades de "gabars"  (infieles para los mahometanos) en las regiones montañosas de Yezd y Kermân. En Irán se les siguió durante siglo llamados "parsis" (literalmente, persas).
   Muchos huyeron hacia el Este, a la India, donde todavía perviven en determinadas formas y con variados cultos, sobre todo cerca de Bombay. Recitan todavía la liturgia avéstica y vigilan los fuegos sagrados, consumen un haoma no embriagador y desconfían de la doctrina de los magos.

   5. Cristianismo y zoroatrismo

   Aunque el zoroastrismo es una religión de fuerte carga ética y de excelente valores sobre la dignidad del hombre y sobre el deber de cumplir con los deberes propios, es preciso preparar para entender, desde el respeto, sus deficiencias y limitaciones.
   Es minoritaria y residual en Irán y en la India, pero en la Historia ha tenido relativa importancia. Hay muchas ideas ética que han influido en las culturas occidentales: teoría del bien y del mal, desconfianza del cuerpo y valoración del espíritu, necesidad del buen gobierno para la promoción del a justicia social. Por eso resulta interesante para el cristiano conocer sus dogmas y consignas morales y descubrir el gran aprecio que manifiesta al bien.
   Al cristianismo las influencias le llegan más bien indirectamente, es decir por el peso específico que tuvieron en Occidente algunas de derivaciones como, por ejemplo, la del maniqueísmo.